Cuando se separaron, se marchó
con lo puesto decidido a comenzar una nueva vida sin ella, a aprender a ver el
mundo con nuevos ojos, a vivir experiencias insólitas lejos de su influencia, a
no quererla más, a sacarla de su vida a empellones si era necesario: a entender
la soledad.
Años después ha regresado y
parece que lo ha conseguido: es un hombre nuevo surcado por las mil huellas de vivencias
sorprendentes.
Y cada mañana, a la misma hora,
se le ve andar por la vereda, pasar por la desvencijada casa que ambos construyeron y dejar un
pedacito de lo vivido sin ella en el buzón.
Ilustración: "El reparto" Acuarela y tinta sobre papel. Guille P. Rancel.
Texto: "El reparto" Laura Escuela
Querida Laura, ¡me encantó!, breve y contundente. Lo comparto en nuestra página. Lupita Q.
ResponderEliminarUna delicia, tanto el cuento como la ilustración.
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