domingo, 30 de junio de 2019

Días de Úbeda y Escuela de AEDA (Parte II)

Grupo de Escuela de este año: Elia Tralará, Raquel López, Mario Cosculluela, Alberto Sebastián y yo. 

Después de terminar en Úbeda, el domingo 23, Alberto Sebastián y yo estuvimos siete horas y media conduciendo península arriba hasta llegar a Huesca, donde nos esperaba el resto del grupo de Escuela para ultimar y preparar todo lo relacionado con la V Jornada sobre Narración Oral y Lectura y la VI Escuela de Verano de AEDA. 
Es mi cuarta escuela, pero es la primera vez que formo parte del equipo que la organiza. Y vaya experiencia.
Año tras año somos muchos/as narradores/as los que coincidimos en la Escuela porque la consideramos un referente de formación en Narración Oral en España y un lugar de encuentro nutritivo y a la vez festivo.
Pero cada año la escuela sale adelante porque hay un grupo de personas que decide trabajar para ello. Que lo impulsa. Desde la comisión de Formación se forma el grupo Escuela cada año con gente voluntariosa, implicada y currante. Todas las ediciones me ha fascinado ver desde fuera este trabajo y este año lo he vivido desde dentro.
Ha sido una labor compleja de meses con un resultado, en general, bastante positivo, según los comentarios de los/as asistentes, que son los que mejor lo pueden valorar y hacernos crecer año tras año.

Cartel creado por Isidro Ferrer

El título de este año ha sido "Nuevos tiempos, viejos cuentos" y el objetivo de la Jornada era hablar sobre la pervivencia del Cuento Tradicional actual: sus razones de existir y su coexistencia en el mundo contemporáneo, valorando y revisando el trabajo que se está llevando a cabo en torno a él. 
A la Jornada, que se celebró en la Diputación de Huesca y en la Facultad de Educación, asistieron un gran número de Bibliotecarias de la provincia de Huesca, alumnado de Educación y los/as asistentes al resto de la Escuela de Verano. 
Fue un día intenso lleno de conferencias, talleres, mesa redonda y sesión de cuentos dialogada. 


Alumnado de Escuela

El martes comenzó la Escuela en sí con los cursos de la mañana y todo el alumnado se dividió entre Luis Correia, Paula Carballeira y Martha Escudero. PINCHA AQUÍ para saber más sobre ellos y sobre los cursos que impartieron. Esta edición la escuela contó con menos alumnado que otros años y, pese a las cuestiones negativas que eso supone, se pudo disfrutar de algunos cursos más íntimos y personalizados. 

Grupo del curso de Luis Correia Carmelo

A pesar de formar parte de la organización pude matricularme en el curso de Luis Correia y disfrutar de cuatro días de reflexión y acción en torno a los diferentes tipos de gestos que utilizamos al contar, haciendo hincapié en poner conciencia en nuestro cuerpo y presencia. 
Además, tengo constancia del contento del resto de grupos con sus respectivos talleres. ¡Qué bien!

Las tardes de martes y miércoles se destinaron a un taller de Improvisación con Teatro Indigesto que no dejó de sorprender y hacer reír al alumnado. Era genial verles disfrutar de esa manera. 
Después, en la noche, las sesiones dialogadas, esta vez con Martha Escudero y Ana Griott. Para mí, de las actividades más enriquecedoras y emocionantes de cada una de las escuelas. Es lo que más entusiasmo me genera, especialmente el diálogo posterior.  

Miren qué felices se nos ve después de que Blanca Calvo hiciera sonar su "pitorro"

El jueves por la tarde tuvo lugar el emotivo acto de rendir homenaje a la Socia de Honor de AEDA, que este año fue Blanca Calvo. Cristina Temprano guió maravillosamente lo que fue una sesión deliciosa en la que se puso de manifiesto la importancia para el desarrollo de la profesión de quien cuenta del Maratón de Cuentos de Guadalajara. 

En la Escuela siempre hay tiempo para la fiesta y el despendole. Y así, por las noches, cena, charla y muchas risas. Los ratos que uno siempre se lleva grabados, que nos conectan y nos dejan con más ganas de encontrarnos durante el resto del año.


El jueves noche, como parte de la Fiesta y la despedida en el bar Bendita Ruina (un lugar maravilloso con muralla medieval regentado por Miguel, que no puede ser más encantador), disfrutamos de un espectáculo de la gente de La Chaminera, completamente recomendables. 

Y así, el viernes 28, nos despedimos hasta la próxima. Estamos fascinados con la gran repercusión que ha tenido en prensa este año la Escuela. El periódico Diario del Alto Aragón se ha hecho eco en multitud de ocasiones, con entrevistas enjundiosas y noticias a doble página o en contraportada, de diferentes aspectos de la Escuela y la Jornada. ¡Miren!




Quiero agradecer a todos/as los/as compañeros/as que asistieron a esta escuela el hacernos llegar su cariño y su apoyo todo el tiempo. Por ser comprensivos con lo que había que mejorar, por felicitarnos por lo que consideraban que hacíamos bien, por los buenos ratos pasados. 
Al profesorado, gracias por su profesionalidad, su buen hacer ha impregnado de sonrisas a un alumnado, en general, bien contento. 

Al equipo de organización nos queda aún reunirnos en los próximos meses para evaluar y valorar. No puedo estar más orgullosa de haber podido trabajar con ellos/as. Mil gracias a los cuatro por todo. 

¡Larga vida a la Escuela de Verano de AEDA!




sábado, 29 de junio de 2019

Días de Úbeda y Escuela de AEDA. Parte I



Regreso de diez días de  encuentros y trabajo intenso en tierras peninsulares.
Comencé el 20 de junio viajando a Úbeda, Jaén, para participar por primera vez en el Festival de Cuentos "En Úbeda se cuenta", que celebraba su XX edición este año. Descubrir este festival, maravillosamente organizado por la Asociación Malión, fue un verdadero gustazo. Una suerte, un regalo.
Coincidí allí con Pep Bruno y Carolina Rueda, que ya habían llegado. Querían comenzar la celebración de XX años de Festival con dos de las grandes voces de la Narración Oral actual. Y qué mejor que con una sesión para público adulto. Pep y Carolina contaron en dos lugares distintos y el público se quedaba en el lugar que elegía (Pub la Beltraneja u Hotel El Cónsul). Eran los narradores los que rotaban. Fue una delicia de noche para inaugurar la llegada de la mayoría de los que íbamos a participar en el Festival (antes ya había habido otras actividades y conferencias).

Pep contando en La Beltraneja. Imagen de Jesús Delgado.

El viernes 21 lo dedicamos a pasear la ciudad guiados por Paqui y Nono, encantadores y generosos con su tiempo. Llegó Maísa Marbán, nos fuimos  a descubrir algunas historias de la ciudad y visitamos una herrería fantástica. No puedo no mencionar la piscinita del hotel. Ay. Madre.
En la comida llegó el resto: Alberto Sebastián, Jhon Ardila y Pepe Pérez y Manuel Castaño, que venían a disfrutar.

Pasamos un día relajado y tranquilo que concluyó en una sesión colectiva dirigida a público familiar en el Palacio Anguís Medinilla. El palacio se llenó hasta los topes de niños y niñas, adolescentes y personas adultas. Fue una sesión dividida en dos partes que comenzó con la participación del Socio de Honor de Malión al público. 



El público fue premiado por la Asociación y recibió la Tragantita un representante del público: Rafa, un muchacho de 20 años que lleva asistiendo al Festival desde que tiene cinco y que contó el cuento de la Tragantía (como cada año se hace) de una forma maravillosa. Además homenajeó a la profesión del narrador y a su crecimiento como público y como cuentero de un modo que emocionó a todos. 
Luego contamos y escuchamos a los compañeros en una sesión equilibrada, divertida y memorable en la que contamos todos/as. 


 El sábado 22 terminaba todo y fuimos de plaza en plaza.


Comenzaba la PAI en ambas sesiones animando al público y luego contábamos nosotros. También fueron sesiones colectivas muy disfrutadas. 

Aquí la PAI animando a todos/as antes de los cuentos de la mañana. 

En esta estupenda crónica escrita por Alberto Román y en las fotos de Jesús Delgado pueden ver y leer algo de lo que pasó por la noche en la ruta de plaza en plaza. Tres plazas y un palacio. Cientos de personas siguiendo a los cuentistas y a la gente de la PAI de lugar en lugar. Cuentos para público familiar pero también para personas adultas después de, a las puertas de palacio, despedir a los niños y niñas.  ¡Qué bien lo pasamos!


Todas las sesiones fueron tremendamente multitudinarias. Se nota el gran trabajo que se ha hecho generando un público que demanda cuentos año tras año. Se nota la profesionalidad, el cariño, el cuidado y la cercanía con la gente, con los locales y con los invitados. Nos sentimos como en casa. Es un Festival muy cómodo, muy tranquilo. Pocas sesiones, todas compartidas y bastante tiempo libre para compartir, para conocer el lugar. No tengo una experiencia dilatada en festivales de cuentos pero todos allí coincidimos en que todos deberían ser como éste. 


Miren qué bien acompañada por (derecha a izda.), John Ardila, Carolina Rueda, Pep Bruno, Alberto Sebastián y Maísa Marbán. 

Gracias, de corazón, a Malión por su simpatía y buen hacer. Por sus regalos. Qué rico todo, madre mía. Gracias en especial a Paqui y Nono por hacerme sentir familia donde quiera que nos encontremos. 
Mil gracias a los compañeros/as por los buenos ratos y la profesionalidad. Qué bien poder disfrutarles. 
Gracias Alicia (y tu deliciosa familia), Elena y Anabel, por venir a disfrutar, por los breves y deliciosos ratitos compartidos. Esta profesión tiene sentido, tantas veces, por momentos como ésos. 

En breve les cuento sobre la ESCUELA DE AEDA, ¡hay mucho que contar!


domingo, 16 de junio de 2019

The Brave Squirrel, de la cocina en Escocia al escenario en Santa Cruz


The Brave Squirrel ha sido una de las experiencias más emocionantes que he vivido a nivel profesional. Ha supuesto un ejercicio de valentía. Me he sentido la propia ardilla valiente.

Un poco de contexto: la semana pasada estrenamos “The Brave Squirrel” (La ardilla valiente) en la Fundación Cajacanarias, dentro del programa educativo “Despertares”.


Después de la buena acogida que tuvo el espectáculo “En el bosque” con Isabel Bolívar, dirigido a alumnado de Educación Infantil, y sabiendo que trabajo también con cuentos en inglés, desde el programa Despertares me dijeron: nos gustaría programar un espectáculo de cuentos y música en inglés.

Y me puse manos a la obra.

Lo primero era atreverme. Era un verdadero reto. Proponer algo desde la nada, pensar en algo que fuera potente, interesante, que funcionara. Y empecé a darle vueltas: ¿Qué podía contar? ¿Cómo?
Y, casi sin pensarlo mucho, me vi a mí misma cuatro años atrás, en la cocina de David Campbell en Edimburgo. Aquel mediodía, después de almorzar (a las 12:30h), me dijo: te voy a contar una historia que seguro que te sirve para contar a los niños pequeños.

Y comenzó: Había una vez una ardilla que vivía en el bosque. Era pleno otoño y todas estaban muy ocupadas recolectando frutos para el invierno. Una mañana, mamá ardilla le dijo: “Pequeña ardilla, ¿eres lo suficientemente valiente como para adentrarte sola en el bosque a buscar frutos para el invierno?”
- Sí, mami, yo soy valiente -dijo la pequeña -¿A dónde voy?
-Tendrás que ir… a través del bosque, bordeando el río, pasando sobre el puente, subiendo al árbol, caminando por la rama que está sobre el lago y después encontrarás el árbol con los mejores frutos…

Y la pequeña ardilla se adentró en el bosque caminando, saltando, corriendo… dispuesta a conseguir su objetivo. No estaba sola en la proeza, contaba con un búho, un zorro y un conejo que le pondrían alguna prueba y también la ayudarían. Sobre todo a enfrentarse a la “terrible cosa del lago”.

Desde el principio me gustó la historia y pensé que algún día podría prepararla y contarla a los niños y niñas en la isla. Y sin embargo pasaban los años y hasta que no me propusieron esto, ese día no llegó. Aproveché que mi compañera Raquel López estaba viviendo con David y le pedí que grabara la historia y me la enviara. Y él, en la distancia y quién sabe si desde la cocina también, me la volvió a contar.

Teniendo ya la historia, hacía falta ponerla en pie. La música era absolutamente necesaria pero no la tocaría yo, como en ocasiones anteriores trabajando con Isabel. Necesitaba a un músico, y tuve claro desde el principio que necesitaba que tocara varios instrumentos, para dar un poco más de riqueza y variedad a la propuesta.

También necesitaba imagen. Lo imaginaba como un álbum ilustrado. Contando historias en inglés a los niños y niñas de infantil siempre uso libros álbum, y me apoyo en la imagen porque les ayuda a entender y seguir lo que está sucediendo.


Después de escribir y adaptar la historia que me había contado David, me di cuenta de que quería no solo imagen fija, sino alternar algo de animación con ilustraciones. Así, pensé en contactar con un/a ilustrador/a y que, posteriormente, Laura Baute Sanjuán, cuyo trabajo conocía de antemano, hiciera la animación. Me propuso crear ella misma las ilustraciones, y con esto aceptó la locura de unirse al proyecto. Diseñé torpemente explicándole qué quería y se puso manos a la obra con la propuesta dándole forma y sentido en lo que ha sido un trabajo arduo. Creó los personajes: la ardilla, su madre, el búho, zorro, conejo… creó los escenarios: el bosque, el puente, el árbol, el lago… y comenzó a trabajar en la animación.

Me ha preocupado todo el tiempo diferenciar la propuesta de narración con imagen de una película narrada. No es una película. En la pantalla no acontece todo lo que yo explico, sino que se muestran los escenarios y los personajes, así como los recorridos de la ardilla bosque arriba y bosque abajo. Por ejemplo: cuando digo que se encontró con un animal junto al río, aparece el zorro en la escena. La imagen se detiene, se queda como una ilustración fija, y se sigue contando el diálogo entre ellos. O, cuando la ardilla recuerda el camino que debe seguir, aparece un mapa en el que se mueven sus huellas. Y así, hemos creado un álbum ilustrado vivo.

El tema técnico era difícil de solucionar en un principio. ¿Cómo pasar las imágenes? ¿Tendríamos un ordenador en escena conectado al proyector y yo, mientras contaba, las podría pasar? Era complicado porque son muchos vídeos e imágenes fijas. ¿Y cómo resolverlo estéticamente?


Cuando se unió el músico Óscar Tiraida al proyecto, las piezas del puzle encajaron. Le conté todo, le mostré lo que llevábamos hecho. Creé las letras de las canciones (4 canciones que se repetirían varias veces durante el espectáculo) y entre los dos les pusimos melodía. Él hizo los arreglos y decidió: finalmente tocaría el piano, la guitarra y el ukelele. Y, además, para mi sorpresa, con una soltura y una profesionalidad inmensas, se encargaría de la parte técnica de la imagen. Tendría al lado el ordenador y manejaría vídeo y música en directo a la vez. Trabajar con Óscar ha sido un verdadero regalo. Su conexión y nivel de implicación con el proyecto ha sido tanta que ya no lo quiero imaginar sin él.

De esta manera tuvimos solucionada la puesta en escena: Óscar en el escenario con tres instrumentos y un ordenador, una pantalla gigante y otra pequeña frente a mí donde se va proyectando la imagen y yo, en medio, contando.

El diseño de luces y los medios técnicos, gracias al gran equipo de la Fundación, fue como recorrer un camino de rosas, contando también con que no llevamos escenografía.


Pensamos en un vestuario sencillo, similar en colores a la gama del bosque ilustrado por Laura y  que incluyera, por supuesto, NUTS.

Por otro lado y previamente, había preparado una Unidad Didáctica para el profesorado. No olvidemos que este espectáculo está diseñado para Educación Infantil. La idea es que las maestras puedan incluir algo relacionado con él en su propuesta curricular, y además, todo el trabajo previo a ver el espectáculo será bueno para la comprensión y disfrute del alumnado. En la unidad incluíamos vocabulario, imágenes y las canciones para que, si querían las fueran practicando. También tenían la “tarea” de traer una NUT (bellota) al espectáculo cuando vinieran, para interactuar con nosotros.

En fin, ya estábamos preparados para estrenar. Y así fue como la semana pasada disfrutamos de la presencia de más de 1800 niños y niñas de infantil de diferentes puntos de la isla. Hicimos dos sesiones por día del 12 al 14 de junio. Estos fueron los colegios que asistieron en esta ocasión: CEIP VIRGEN DE FATIMA, CEIP SAN MATIAS, CEIP ACENTEJO, CEIP LA MILAGROSA, CEIP CAMINO LARGO, ECHEYDE, INFANT FIRST LITTLE SCHOOL, CEIP MIGUEL PINTOR GONZALEZ, PUREZA DE MARIA, LA SALLE SAN ILDEFONSO, HOGAR ESCUELA, JULES VERNE, ESCUELAS PIAS QUISISANA, SAN JUAN BOSCO, CEIP SAN FERNANDO, MATIAS LLABRES, HOGAR ESCUELA, ONESIMO REDONDO, COLEGIO DECROLY.

La primera vez que escuchamos a los niños y niñas cantar con nosotros la canción del saludo porque la traían ya aprendida, nos emocionamos tremendamente. Nos miramos en escena con los pelos de punta. Después del primer día, de las dos primeras funciones, de la alegría de los niños y niñas y las maestras y sus comentarios, lo supimos: la propuesta funciona.


Funciona y nos ha dejado tremendamente contentos y con muchísimas ganas de seguir compartiéndola.

Esperamos que sea muy pronto. Mil gracias a la Fundación por darme la oportunidad. Me he sentido valiente, pero es fácil cuando te acompañan en el camino grandes profesionales como Óscar y Laura y el destino es un lugar en el que me siento como en casa: los niños y niñas de Educación Infantil.

Gracias, de corazón.

lunes, 10 de junio de 2019

Dos experiencias de Formación sobre narrar a bebés

Los últimos dos fines de semana he impartido dos talleres. Eso es poco frecuente en mi rutina profesional y cada vez que lo vivo lo siento como algo altamente enriquecedor para mí.
Empecé a dar talleres, supongo que como muchos, bajo petición y sobre dos temas: libros álbum y contar a bebés (en ocasiones, mezclando ambos temas en un único taller). Comencé en 2014, y la experiencia no es frecuente. Uno o dos talleres al año son lo regular (ya les digo, solo los hago bajo petición). En este caso, dos talleres dos fines de semana seguidos, han sido una suerte, una bonita coincidencia.


El sábado 1 de junio ofrecí en el marco del programa "Más que palabras. Talleres y sesiones de Narración Oral" en Santa Úrsula (Tenerife) el taller "Narrar para bebés", que por primera vez pude poner con una duración de 6 horas. Es el mismo taller que "Cama y Cuento", pero se le cambió el nombre en esta ocasión. Asistieron 7 personas altamente entregadas y motivadas.


El viernes 7 de junio, en el marco de la Feria del Libro de Fuerteventura, tuvo lugar "Cama y Cuento", de 3 horas. Fueron 25 las personas que se apuntaron, aunque fallaron unas cuantas a última hora.

Dar un taller me obliga a reflexionar sobre mi práctica profesional, a observar detenidamente el camino que voy transitando, a detenerme, a escribir, a organizarme. Eso me ubica, me impele a ponerle marco teórico a la intuición y a dar más importancia a unos puntos que a otros. Hay cosas de las que hablaba hace unos años que para mí han perdido interés y otras nuevas en las que me apoyo con más fuerza para profundizar. Normalmente reflexiono, pero antes de un taller vienen avalanchas de preguntas: ¿Qué estoy haciendo, cómo, para qué, qué utilizo para ello? ¿Ha cambiado mi forma de trabajar y acercarme a la narración y la literatura infantil durante los últimos años? ¿Qué investigaciones se han llevado a cabo que apoyan y fundamentan mi actividad? Y sobre todo: ¿Qué puedo aportar? ¿Cómo lo estructuro? ¿Cómo lo acerco de forma práctica? ¿Cómo lo puedo hacer en tan pocas horas? ¿Qué materiales llevo? ¿En base a qué criterios los selecciono?


Antes de comenzar los talleres siempre es necesario saber de dónde vienen, qué les mueve y les interesa especialmente, por qué están aquí, qué esperan de mí. Eso me ayuda a guiar el taller, a poner ejemplos prácticos cercanos a sus experiencias, a intuir qué puede serles más útil según su conocimiento previo en el tema.

La suerte es la actitud con la que han llegado las asistentes. Su apertura ha sido total. Se han matriculado porque me conocían como madres que traen a sus hijos/as a las sesiones, como maestras que me han visto contar, como amigas de alguien que les había recomendado que vinieran o como gente que me sigue por las redes y que quería saber más de lo que hago y cómo lo hago, ya fuera para su desarrollo profesional o personal. Es decir, ya venían "queriéndome". ¿Saben el regalo que eso supone? ¿Que alguien entre por la puerta con una sonrisa, dándote la fiesta de una presencia comprometida y generosa?


Me fascinó la gran acogida que tuvo el taller en Fuerteventura y la cantidad de mujeres que vinieron porque "habían oído hablar de mí y les interesaba lo que pudiera aportarles".
Este duró la mitad que el de Santa Úrsula y no tuve la pericia de saber reducir 6 horas a 3. La parte práctica del taller de Fuerteventura quedó sin hacer, me dio una pena terrible. Aún así, lo que podría considerarse la "parte teórica" está llena de ejemplos prácticos, pero no es lo mismo que tener tiempo para escoger, reflexionar y tratar de poner en pie una historia/poema/canción/objeto para contar y cantar.
Sin embargo, estuve más acertada en este último taller a la hora de seleccionar qué materiales llevar porque tenía que ser capaz de meterlos en una maleta de no más de 20 kilos con un espacio muy reducido que además compartía con los materiales de la sesión de Bebecuentos que iba a hacer aparte dentro de la programación de la Feria.

Eso ayudó a que pudiera centrar mejor el discurso, aunque luego no se usara la mayoría porque no llegamos a la práctica.

En fin, me llevo muchas propuestas de mejora para siguientes talleres, especialmente en lo referente a la estructuración temporal y selección coherente de material. Trabajaré en torno a contenidos mejor hilados y relacionados con materiales concretos y propuestas definidas. También trabajaré en base a cerrar propuestas por cantidad de horas. Si solo tengo una hora, hago esto. Si tengo cuatro, esto y esto. Si tengo seis, aquello. Algo que no soporto que me ocurra es prometer algo que no puedo cumplir, y en cuestiones de organización por horas, esta experiencia ha sido definitiva. Sé mucho mejor qué puede entrar en un taller largo y qué en uno corto.

Agradezco enormemente las oportunidades que puedo tener de ofrecer formación sobre temas en los que estoy trabajando todo el tiempo porque me ayudan a ser mejor profesional. Podría parecer un ejercicio de egoísmo dar un taller: me aportan más a mí las experiencias y las asistentes que yo a ellas.

Gracias a las instituciones y compañeros que lo hacen posible y gracias infinitas a las chicas que han venido, que han sido altamente generosas y pacientes.

Aquí, algunos regalos en los cuestionarios de evaluación final de ambos talleres:






¡MUCHAS GRACIAS! ¡SEGUIMOS!




martes, 28 de mayo de 2019

Contando a mayores, medianos y pequeños.


Hoy he vivido una preciosa experiencia contando cuentos en el Colegio Echeyde I (Ofra) en el marco de un proyecto llamado SIMUL. Es un proyecto educativo intergeneracional financiado por el Área de Cultura del Cabildo de Tenerife y desarrollado por la Fundación ULL de Tenerife Educa que pretende trabajar aunando diferentes generaciones para el intercambio de conocimientos, valores y experiencias.

Y así, me han invitado a contar cuentos en una de las sesiones de cierre del proyecto en el que llevan trabajando estos meses.

En la primera sesión tuve como público a 80 niños y niñas de 3 y 4 años y un buen grupo de abuelos y abuelas.
Conté una sesión que tengo en mi repertorio habitual, pero cada vez que había que incluir alguna canción, como una nana, o alguna canción tradicional, preguntaba a las abuelas si se sabían alguna o si conocían alguna otra versión. A mitad de la sesión se generó un momento precioso en el que todos guardábamos absoluto silencio mientras una abuela, desde el público, cantaba un arrorró largo y profundo que nos emocionó.

La segunda sesión me ponía algo más nerviosa porque aunaba tres grupos de edades muy diferentes: niños y niñas de 5 años, un grupo de 3º de la ESO y más abuelos y abuelas.
Resultó que uno de los adolescentes tenía preparada una historia para contar y una de las abuelas traía un cuento cantado también, así que los intercalé entre mis cuentos, que constituyeron una sesión de álbumes pop-up, libros álbum y un cuento tradicional.
Conformaban un grupo muy respetuoso y encantador. Los adolescentes y los abuelos habían trabajado antes juntos y se sentaron alternándose, acompañándose, mezclándose entre ellos.


Fueron sesiones deliciosas, familiares, que fluyeron cómodas. Una experiencia preciosa, recomendable, para repetir.

Qué alegrías da este trabajo.
Mil gracias al colegio y a los responsables del proyecto, por contar conmigo.

martes, 21 de mayo de 2019

Leyendo a Andrés Montero

Hace poco más de una semana estuvo por casa Andrés Montero junto a Nicole Castillo, ya les contaba aquí que estuvieron programados en el Festival Encuentracuentos y pudimos disfrutar de su compañía unos cuantos días. Vienen de Chile y juntos forman el grupo La Matrioska.

A su paso, Andrés dejó tres de los libros que ha escrito. Dos me los comí en un día pero el tercero lo he ido masticando despacito.

El primero que leí fue "Tony Ninguno", un libro al que tenía muchas ganas. Esta novela fue reconocida con el X Premio Iberoamericano de Novela Elena Poniatowska. Está editado por La Pollera, 2017.
La cubierta atrae. Es una pintura titulada "El viejo circo sigue en pie", de Cristián Elizalde. Me encantó el detalle de que la ilustración continúa en la solapa de la cubierta delantera, mira:


Engancha desde el primer párrafo, al que volví una y otra vez durante mi lectura: "Después recordé que ya lo había visto desde el aire, mientras volaba de un trapecio a otro. Había divisado sus ojos absortos en mi vuelo, en mis manos seguras., (...). Estaba sentadito al lado del árabe, pero parecía querer elevarse conmigo (...)".

La historia está contada en primera persona por la protagonista, una joven trapecista que trabaja en el circo familiar de los Garmendia. Comienza con un árabe que llega al circo con un niño pequeño de la mano y los dos tomos de Las mil y una noches. Pide a la gente del circo que, a cambio de los libros, cuiden al niño por un rato. Pero no vuelve, de manera que el circo debe acogerlo. La niña le bautiza "Sahriyar", como el rey asesino de Las Mil y una Noches, aunque el resto le llama "Tony Ninguno", y su presencia marcará el devenir del circo durante los siguientes años.
Más adelante la chica se lesiona y decide aprenderse las historias de Sherezade. Un día, el dueño del circo le da permiso para contar esa noche en la función.
Una narradora oral contando dentro de una función de circo. Jamás había conocido un personaje así. . Y así, Sherezade cuenta pero también calla. ¡Y cuánto calla! Hay mucho que contar sobre esta novela, pero me callo yo también. Les invito a leerla. Solo diré que creo que es una novela valiente a nivel de temática y de estructura, con varias capas narrativas y relaciones intertextuales, que entremezcla fantásticamente ilusión y realidad. En fin, ha sido una lectura muy disfrutada.


El segundo libro que leí es una novela juvenil titulada "En el horizonte se dibuja un barco", editado por SM, 2018. Cuenta con una preciosa ilustración de cubierta de Adrián Gouet.

Está protagonizado por Gabriel, un muchacho solitario que un verano se descubre interesándose por la poesía al mismo tiempo que va conociendo el amor (y el desamor, claro).
Me gustó especialmente de este libro el modo tan realista en el que describe cómo un adolescente puede llegar a conocer y enamorarse de la poesía. El repentino interés tras descubrirse reflexionando, recordando algo que explicó un profesor o leyendo. Yo, concretamente, volví a mi adolescencia de un golpe y "me comí" el libro en un santiamén sintiendo esa nostalgia entremezclada con condescendencia con la que a veces nos vemos hacia atrás.


Por último, el más degustado y el que más me interesó: "Alguien toca a la puerta: leyendas chilenas", publicado por SM en la Serie Roja de El Barco de Vapor en 2016 y que ya va por la tercera edición en 2018.
El primer cuento que leí fue el primer cuento le escuché en el Festival y fue una experiencia curiosa verlo por escrito, ya que da pie a reflexionar sobre cómo cambian los cuentos desde lo escrito a lo oral, aunque lo hayas escrito tú desde la propia oralidad. Qué información previa aportaba en el oral y no en el escrito, qué acentos ponía, los ritmos, los silencios, las expresiones... todo eso que hace que el cuento, en la boca del narrador, viva. 
Es un libro creado a partir de los viajes y experiencias vividas por el autor, leyendas contadas y vividas en primera persona. Es, parece, el más personal, en el que más énfasis se pone en nuestro papel de narradores y narradoras. Andrés viaja, escucha, vive y cuenta, y parece, leyendo, que se le oye la voz.
Visité los caminos de Chile, aprendí muchísimo vocabulario, escuché cómo hablan allá los campesinos y demás protagonistas de las historias; sus diálogos son tan frescos que se pone de manifiesto la pura oralidad en el texto literario.
En fin, un verdadero disfrute. Léanlo, léanlo.

Gracias, Andrés.





miércoles, 15 de mayo de 2019

VI Edición de Encuentracuentos


El sábado pasado terminaba la VI Edición del Festival Encuentracuentos, en el que tuve la suerte de participar contando junto al resto de narradores y narradoras invitados/as y colaborando en algunas cuestiones organizativas.

Es un milagro que un Festival se ponga en pie y es mucho más milagroso, visto lo visto, que se mantenga. Por eso admiro la lucha y la perseverancia de mis dos compañeros, que han sido capaces, no solo de sacar adelante el Festival un año más, sino de añadirle la etiqueta "Iberoamericano", conllevando toda una declaración de intenciones que pretende mantenerse para posteriores ediciones: contar, cada año, con invitados/as de latinoamérica, conformándose como el único Festival de Narración Oral de este tipo en las islas.

Esta edición contó con este precioso cartel que me tiene enamorada, ilustrado por Fabio González y diseñado por Carla Real.

Tuvieron lugar cuatro sesiones de cuentos para público adulto y diez para público familiar que se repartieron por las Bibliotecas Públicas del Municipio de Santa Cruz de Tenerife, aunque contando como espacio principal con la Biblioteca Municipal Central (TEA) y a cuyo director, Fran Sáenz, agradecemos todo el apoyo y presencia.

Se escucharon muchos acentos este año: chileno, cubano, venezolano y canario. Desde Chile recibimos a Nicole Castillo y Andrés Montero, que juntos forman el Grupo La Matrioska, y que contaron para público adulto y público familiar. Miren, miren:


Fidel Galbán, cubano pero residente en las islas, contó para público familiar. Diego G. Reinfeld y Melanie Henríquez dejaron su acento venezolano y el resto, canario: Mon Peraza, Antonio Conejo,  Juan Carlos Toste y Fabio González.

Antonio Conejo, para público familiar en el TEA

Fidel Galbán, para público familiar en Añaza

Juan Carlos Toste, para público familiar en Añaza

Melanie Henríquez, para público familiar en Ofra

Mon Peraza, para público familiar en Biblioteca Pública del Estado

Yo tuve la suerte de poder contar para público adulto ¡dos veces!, en la Ronda de apertura del lunes y en el espectáculo que preparamos Diego, Fabio y yo titulado "Lengua de bruja y otras leyendas canarias". Qué experiencias tan estupendas. Cómo disfruto las sesiones colectivas. 

Con Diego y Fabio, en Lengua de brujas...

El Festival se cerró con la grabación en directo del programa "Espacio en blanco" de Radio Nacional de España, que contó con la asistencia de más de 300 personas y en el que se puso el acento en las leyendas y sucedidos de las islas, y en el que contamos algunos cuentos. Aquí puedes escuchar la primera hora y aquí la segunda.

Grabación del programa Espacio en Blanco en TEA

La asistencia a las sesiones de cuentos del Festival este año no fue multitudinaria pero fue buena. Como diría mi abuela: pocos pero bien avenidos. Una media de unas 35 personas en las sesiones para personas adultas y otras tantas familias. Nos hubiera gustado que viniera más público a disfrutar de las historias, por supuesto, y seguiremos trabajando para potenciar que así sea. Uno nunca sabe y siempre se pregunta cosas: ¿Será porque es esta hora? ¿Será porque es lunes? ¿O porque es viernes? ¿O porque hace buen tiempo y la gente va a la playa? ¿O porque son las fiestas de Mayo? ¿O porque el Festival Mueca está sucediendo a la vez? ¿¿?? Y ahí seguiremos, intentando respondernos. Mientras tanto, nos alegra saber que quienes han venido, han disfrutado.

El Festival está organizado por la Asociación Fabulans (Asociación para el fomento de la narración oral y escrita), que actualmente conformamos Fabio, Diego y yo, y estuvo patrocinado por el Organismo Autónomo de Cultura de Santa Cruz de Tenerife, Obra Social La Caixa y Tenerife Espacio de las Artes (TEA). Gracias a todos ellos por hacerlo posible.

Si tienes curiosidad por saber cómo surge el Festival Encuentracuentos y cómo ha evolucionado, aquí te enlazo las crónicas o presentaciones de las ediciones que hemos publicado en la página de la Asociación Tagoral y la Biblitoeca de SC años anteriores:

En 2013 nace Encuentracuentos
En 2014, continuamos con el tema de ese año: Dragones.
En 2015, se celebró en torno al tema "Deseos".
En 2016, sobre "Mujeres fuertes"
En 2017 descansamos.
En 2018 el tema fue "Sabia locura". En esta edición se desvincula de la celebración del 20M y desde entonces se lleva a cabo en mayo.

No sabemos qué pasará el año que viene, cómo será, dónde, cuándo. Pero sabemos que pondremos toda la carne en el asador para luchar por que la programación de cuentos continúe.

Gracias por acompañarnos.