viernes, 14 de diciembre de 2012

MARAVILLAS, de Brian Selznick



De las mejores cosas que tiene la FERIA DEL LIBRO del Festival del cuento de Los Silos, es que hay un acogedor rincón de lectura en el que puedes leer los libros que están a la venta durante el tiempo que quieras. Allí se reúnen familias enteras o se esconden niños solitarios para entregarse a los libros. Este año me llamó la atención el último de BRIAN SELZNICK. Estaba a la venta junto a LA INVENCION DE HUGO CABRET. No lo conocía y decidí curiosear. Y allí me planté entre los cojines durante un par de maravillosas horas, devorándolo.

Hablar del libro es redundar sin remedio: se titula MARAVILLAS, está editado por SM. Hace unos meses reseñé LA INVENCIÓN DE HUGO y comentaba que era una novela narrada con palabras e ilustraciones, es decir, que las ilustraciones también narran la historia de un modo paralelo al texto. Es una forma novedosa de ilustrar, ya que normalmente existen novelas ilustradas, libros ilustrados o libros sin ilustración, pero en este caso se trata de una mezcla entre texto narrativo e imagen narrativa, de modo que el texto no se ilustra y la imagen no se escribe y ambos llevan a cabo una conjunción paralela que recuerda, en su parte ilustrada, al visionado de una película y en su parte textual, a un libro normal.


El libro cuenta la historia de dos niños, con cincuenta años de diferencia entre uno y otro. La historia de Rose es contada a través de las imágenes y comienza en 1927 en Nueva Yersey y la de Ben es la que narra el texto, y sucede en 1977 en Minessota.

La historia de ambos va desarrollándose de un modo inconexo durante más de medio libro. Sin embargo, aunque no comprendes quién es esa niña de las imágenes, sabes que lo entenderás en algún momento y sospechas que en algún punto confluirán ambas historias. Esa certeza te mantiene en vilo durante el transcurrir de las páginas, hasta que las piezas van encajando de un modo brillante y conmovedor.

La ambientación, maravillosamente trabajada y cuidada, será especialmente detallada en lo que se refiere al Museo Americano de Historia Natural de Nueva York. El trabajo de documentación del autor es notable, y su sensibilidad para aunar todos los datos en una historia coherente y llena de significado es digna de mención.


De nuevo es un libro cinematográfico, que uno imagina sin problemas en la gran pantalla. Imagino que así será dentro de no mucho, como sucedió con La Invención de Hugo.

Recomiendo muchísimo su lectura, ya que, para no hacer spolier, he omitido datos interesantísimos sobre el desarrollo de la historia, que, solo por dejarles con la miel en los labios, diré que tiene que ver con un rayo (la portada tiene absoluto sentido) y la comunicación en lengua de signos.

En fin, un regalo haberlo podido leer. No se asusten cuando vean sus 638 páginas. La cuidada edición y la gran cantidad de ilustraciones favorece muchísimo que uno se lo “coma en dos patadas”.

Disfruten.

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