Hace un año y un mes, en Escocia, leí una historia, una leyenda Selkie recogida por Duncan Williamson y le dije a mi querido David Campbell: David, esta historia la quiero contar. Voy a crear una sesión sólo sobre faros para poder contarla.
Pasábamos una semana juntos en aquellos días y durante varios se fue acordando de cosas y contándome. Me narró una leyenda escocesa sobre un faro, un sucedido real. También me habló del abuelo de Stevenson, que había construido un faro. Y esas fueron mis primeras anotaciones.
Decidida, a mi vuelta, escribí a Soledad Felloza, cuyo Festival Atlántica tiene el logo de un faro y le dije con esa impulsividad que en tantos líos me mete: Para marzo tendré lista una sesión sobre faros, me encantaría contarla en tu Festival.
Pero la sesión no llegó a tiempo. Los faros necesitaban calma y en el Atlántica conté otras cosas.
Después sería en verano. Luego en octubre. Finalmente en diciembre.
A principios de este año mis compañeros Diego G. Reinfeld y Fabio González, que coordinan el ciclo de cuentos para personas adultas "Palabras Desnudas" en el TEA, solicitaron el envío de propuestas de sesiones y envié esta. Ya el título estaba claro y el contenido, en parte, también.
Y entonces comenzó un proceso creativo diferente a los que he vivido hasta ahora. Han sido pocos porque las primeras sesiones para personas adultas que hice eran un conjunto de tres o cuatro cuentos de autor o tradicionales que me habían gustado, que tal vez podían ser unidos por un hilo conductor.
Luego vino DEL NORTE VENGO, basada en las vivencias e historias escuchadas en Escocia. Después, este.
Y la pasión me ha podido. Desde el principio dije a todo el que me quiso oír que estaba con una sesión sobre faros entre manos. Que se llamaría CASAS DE LUZ por la traducción literal del vocablo inglés LIGHTHOUSE.
Y según iban avanzando los meses empecé a contar a mi gente las anécdotas que iba encontrando, a compartir datos, información curiosa o que me llamaba la atención. Todo el año los faros me han acompañado, han estado ahí. Y he ido tomando notas, escribiendo referencias, preguntando, leyendo. Todo iba a un bloc de notas en el móvil y a una carpeta en el escritorio del portátil. Según se iba acercando la fecha de estreno me daba más miedo sentarme a "cerrar" lo que sería la sesión. Pero ha sucedido. Una mañana me he sentado y las piezas del puzzle han encajado. Ya había suficiente como para revisar, reescribir, eliminar. Y eliminé del repertorio el cuento primigenio, el que había sido la razón para hacer la sesión. Se ve que encontré otras razones. Y bueno, ahora sí puedo contar. Llegó el mes.
Lo más valioso del proceso ha sido el amor que me ha llegado de tantas formas. Todas las veces que alguna persona vio un faro estando de vacaciones o viviendo cerca de alguno y lo fotografió para enviármelo. Todas las reseñas o cubiertas de libros en librerías que trataban el tema, el envío de poemas, textos propios, canciones en las que aparecían. Una imagen de un escaparate con faros tamaño gigante con luz incluida, por si quería uno. Amigas, familia, que han venido conmigo a visitar faros, que me han dado la mano en el apasionamiento y no me han soltado.
Mi casa de luz ha sido esa. Estreno una sesión repleta de cariño. No tengo ni idea de cómo irá, de cuántas veces se hará, de si gustará o no. No sé nada. Lo único que quiero y que me importa es contar, compartir las historias. Y tendré la suerte de poder hacerlo dos veces este mes. ¡Dos veces! Eso en una isla sin programación estable de narración para personas adultas es un lujazo.
Y no estaré sola. Desde el principio imaginé la sesión junto a un chelo. Y podrá ser. Estará Silvia Díaz conmigo, arco en mano.
Tengo tan poco miedo y tantas, tantas ganas.
Les espero, familia. Ambas sesiones serán con aforo limitado. La del 20 de diciembre en el TEA requiere inscripción en este enlace en el que pronto encontrarán la información: http://www.bibliotecaspublicas.es/santacruztenerife/espo.htm
El 28 de diciembre en Adeje el aforo es limitado sin inscripción, pero allí cabe poquita gente, ténganlo en cuenta.
Gracias. Gracias. Gracias.
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