martes, 30 de agosto de 2016

Lecturas refrescantes, Else Holmelund y Sendak

La lectura de los libros de la danesa Else Holmelund Minarik ilustrados por Sendak son, más que refrescantes, dulcificantes, afectuosamente reconstituyentes.


La colección es la siguiente:
Osito, de 1957 publicado por Alfaguara en 1980
Papá oso vuelve a casa, de 1959 publicado por Alfaguara en 1981
Los amigos de osito, de 1960 publicado por Alfaguara en 1984
La visita de Osito, de 1960 publicado por Alfaguara en 1981
Un beso para osito, de 1968 publicado por Alfaguara en 1982

Los cinco libros han sido recién reeditados por Kalandraka, que es la editora de Sendak en España y Portugal, de manera que están al alcance.

Se trata de unos libros sencillos, ilustrados a dos o tres tintas que recuerdan al estilo de los grabados y protagonizados por una familia de osos.
Cada libro está compuesto por cuatro cuentos. Normalmente la estructura los va hilando de manera que los tres primeros cuentos son independientes y el último los engloba a todos.
En ellos, el osito protagoniza escenas de la vida cotidiana resueltas siempre con afecto.

Por ejemplo, en Osito, podemos observar los siguientes cuatro cuentos en el INDICE.


En el primero Osito tiene frío y su mamá le va cosiendo diferentes prendas para aliviarle. La estructura es repetitiva, de modo que cada vez que se queja de frío la mamá dice: Vete frío, que mi Osito es mío. Luego le cose una prenda, se la da y Osito dice, por ejemplo: ¡Vaya! Un abrigo para el frío, ¡Qué bien! Fuera frío, que el abrigo es mío.
En el segundo cuento, es el cumpleaños de Osito y como no encuentra a su madre ni ve ningún pastel de cumpleaños piensa que ella se ha olvidado y se pone a preparar una sopa de cumpleaños con unas pocas verduras. Sus amigos vienen de uno en uno a visitarle y se van sentando a la mesa, también a través de una estructura repetitiva, hasta que al final aparece la mamá con el pastel, porque, claro, no se había olvidado.
En el tercer cuento Osito quiere volar a la luna y su madre, realista, le dice que los osos no pueden volar, que tal vez se caiga y se dé un buen porrazo. Osito se marcha orgulloso, salta y efectivamente se da un buen porrazo, pero juega a que ha caído en la luna y vuelve a casa (su casa de la luna) a la hora de comer. Su madre le dice que ella tuvo un osito de la luna que se fue a la tierra y que puede comerse su comida. El osito, entonces, dice: Mamá osa, deja de bromear. Tú eres mi Mamá Osa y yo soy tu Osito, y estamos en la Tierra y tú lo sabes.
En el último cuento, Osito antes de dormir desea muchas cosas y su mamá dice a todas que son imposibles, de modo que Osito pide un cuento, y mamá osa le narra resumidamente las tres historias anteriores, hasta que le pide que se duerma.  

Else me transmite a través de estos cuentos la necesidad de seguridad de los niños pero también de independencia, aventuras y juego, y especialmente la importancia de la familia y de los iguales. Los pequeños conflictos se resuelven siempre en un entorno afectuoso.
Los imagino perfectos para leer junto a niños de tres o cuatro años y para que los que ya empiezan a leer se aventuren solos.

¡Espero que los encuentren y los disfruten!

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