viernes, 2 de marzo de 2018

¿Libros respetuosos?

Hace ya unos años que escucho y leo sobre crianza respetuosa. Es un tema que me llama mucho la atención, no siendo madre pero sí educadora y narradora de cuentos. También leo sobre la llamada “literatura respetuosa”, que se ha dado a entender (por favor, corríjanme si me equivoco), como aquella libre de estereotipos de género, que lucha por la igualdad, que incluye a personas con diversidad funcional, fomenta el desarrollo emocional del niño, se implica en la educación en valores, etc.

Sin embargo, como siempre y lamentando repetirme, me espina el tema de los libros receta o libros “para”, muchos de los cuales terminan en listas de “libros respetuosos”. A muchos de ellos los mal llaman literatura y normalmente pretenden transmitir una lección moral, generalmente con una calidad literaria (no me meto con la estética) cuestionable.

Creo que para que un libro sea respetuoso lo primero que tiene que ser es bueno. El libro respetuoso es el que tiene calidad estética y literaria, el que genera preguntas y no envía mensajes cerrados, masticados y fáciles. Es el que tiene varias lecturas, una propuesta diferente, interesante, un final sorprendente, personajes y desarrollo rico, sencillos pero no simples. El bueno es un libro que no se crea para solucionar un problema sino para ilustrarlo, plantearlo, revisarlo, cuestionarlo. Serán libros ricos que fomentarán el enganche, la búsqueda de más. Por poner un ejemplo, "El pato y la muerte".

Nosotros somos responsables de los libros que acercamos a nuestros hijos, igual que somos responsables del consumo que hacen de internet o de la comida que comen. ¿Somos por ello censores? ¿Somos censores de bollería? ¿De contenidos inapropiados en la red o televisión?

Me gusta pensar que la censura que cometemos es algo así como darles a elegir comer pepinos o zanahorias, no darles a elegir comer golosinas o bollería. Me imagino una censura literaria en la que "comen de todo", pero toman menos azúcar que verduras.

Como me comenta un compañero*, "el problema de la censura artística es que se centra en los contenidos, en el mensaje, sin tener en cuenta las formas, o sea, la estética: el arte. Para mí es fundamental, porque creo que eso también es mensaje. Otra cosa son los gustos de cada cual, que también  tiene que ver con la educación, el conocimiento y la curiosidad sobre el objeto artístico."

Ser respetuosos con los niños incluye que nos quitemos de encima el peso del adulto que sabe, que se dispone a "enseñar" al niño que no sabe. Ser respetuosos incluye sentido común, diálogo, variedad.
Pero mi tesis es que si priorizamos en ese acercamiento la calidad, ese respeto será leido con mayúsculas, en negrita y subrayado y no les mataremos del aburrimiento. Les recomiendo la lectura de este artículo sobre cómo "las hogueras de la moral incendian el arte". 

Por poner un ejemplo, ser respetuosos, en mi opinión, incluiría entender los cuentos clásicos como parte de una época y leer muchos, muchos de ellos, los clásicos noruegos y los rusos, los africanos y los árabes. En todos hay de todo.

Ser respetuosos no es impedir la muerte del lobo, ni hacer que la protagonista sea forzosamente femenina y valiente, no es quitar las brujas ni es solamente buscar libros sobre emociones.

Ser respetuosos es indagar, leer a los especialistas, valorar las editoriales especializadas, dejarles escoger, acompañarles, guiarles, preguntarles, preguntarnos. Hablar. Hablar mucho.

El libro, los cuentos, los valores que transmitan lo que leamos, no van a educar al niño, no va a forjar definida y definitivamente su personalidad, un libro concreto o muchas historias de un determinado tipo no le va a hacer desarrollar patologías o virtudes. Sólo van a ser un aporte más a su educación. Si ese producto es bueno, será un buen aporte. Si es mediocre, con pretensiones de educación en valores, será un aporte azucarado y sin nutrientes. Creer lo contrario, creer que por leer un cuento "machista" se va a hacer "machista", que por que haya muchos clásicos en los que la madrastra es mala va a hacerle creer que su madrastra le odia, es infravalorar al niño. Es faltarle el respeto.

Por supuesto, hay libros entendidos o llamados RESPETUOSOS que son BUENOS, con calidad, pero hay muchos que no. Por ejemplo, para mí el Monstruo de los colores o el Pez Arcoíris no son libros respetuosos, por mucho que pretendan hablar de emociones o de un mal entendido "compartir". En mi opinión son de baja calidad literaria y moralistas, sin riqueza; ergo, son irrespetuosos.

Basándome en los principios de la crianza respetuosa de Berna Iskandar, los principios de la literatura respetuosa serían los siguientes:

1. HORIZONTALIDAD: Deja a los niños que escojan pero preséntales una variedad amplia de propuestas que partan de tu búsqueda de libros de calidad. Dialoga con ellos sobre los diferentes tipos de libro, hazle crítico. No es lo mismo “La reina de los colores” que “El monstruo de los colores”. No es lo mismo un libro de Anthony Browne que uno con las historias de Peppa Pig.

2. EMPATÍA: Sintoniza con lo que le apetece leer, mira qué le gusta, qué le interesa, qué le apetece. No le impongas.

3. AUTORREGULACIÓN: Respeta el ritmo lector, respeta los gustos y los tiempos. Si no le apetece leer o no le gusta tal tipo de libro, está bien.

4. LÍMITES. Respeta el derecho del niño a una educación estética y literaria. Si quieres que lea, dale buenos libros. Limita los libros PARA.

5. INDAGACIÓN PERSONAL: Para que el niño emprenda el camino hacia el autoconocimiento, necesita acercarse a los clásicos tal y como han llegado a nosotros; necesita que haya héroes, personajes malvados que mueren o encuentran su castigo, necesita proyectar su inconsciente en los conflictos del cuento. Deja morir al lobo y a la bruja.

*Antonio Conejo, compañero narrador.

Algunas lecturas recomendadas en el camino del respeto a los buenos libros:

Durán, T. (2002). Leer antes de leer. Madrid: Anaya.
- Garralón, A.  (2005). Historia portátil de la literatura infantil. Madrid: Anaya. (En general a Ana Garralón en su web).
- Cashdan, S. (2017) La bruja debe morir. Madrid: Debate
- Blog de Carolina Lessa Brown,
- Blog de Pep Bruno
- Artículo de Mar Benegas
- Web de Fundalectura, del Banco del libro, Canal lector, Revista Babar, Revista CLIJ, Revista Peonza

1 comentario:

  1. Oye, lo que he aprendido en poco rato, Laura, ¡sencillo pero certero! Te dejo por aquí una Caperucita de regalo que me fascina, (y que digan lo que quieran...) https://www.youtube.com/watch?v=fo9610Cj3k4&t=2s
    ¡Besos!

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