He vivido
el verano en Edimburgo. Totalmente impensable hasta hace cuatro días eso de ir
en manga corta por la calle, pero ha sido real. Mañana todo vuelve a su media
de 10 grados, pero estos tres días han sido magia.
Durante
la última semana me he dedicado a ver y visitar lo que he podido. Conocí la
playa de Portobello y un bar precioso llamado Dalriada en el que hacen
conciertos en vivo. Me lo descubrió Naty, una granaína que vive allí. En
Portobello, no en el bar. Miren qué preciosidad. Parece un castillo!
El
sábado me dediqué a enviar aplicaciones para buscar otro trabajo (o al menos
algo más de trabajo) y rellené, solo de Assistant Teacher, OCHO OFERTAS en una
mañana. Igualito que en España. Estoy fascinada con la cantidad de ofertas
laborales que hay. Que me cojan es otra cosa, eso sí, jaja.
El domingo
estuve trabajando en las paellas en el mercado e Stockbridge y no pude
pasármelo mejor. El ambiente es maravilloso y la verdad es que se disfruta
muchísimo el diálogo con la gente.
Excursión
de la semana: NORTH BERWICK. El miércoles al salir del trabajo
pensaba comer en casa y elegir una zona de costa, coger la guagua y pasar allí
la tarde, pero tenía un mensaje en el móvil de Ken, un amigo de David. Nos
vamos a la playa a North Berwick. Si vienes, te recogemos a las 2. Y claro, hay
cosas que no se piensan.
A 30 minutos en coche hacia el noreste, llegas, tras extensiones eternas de bosque y prado, a un aparcamiento que conduce a un sendero. En principio íbamos a la playa pero yo no veía agua por ningún lado. Tras un buen rato de camino ya empecé a pensar que era una broma y que era un sendero normal y corriente, pero después de un buen paseo, de repente los árboles se acabaron y apareció una playa desierta de arena blanca al más puro estilo Fuerteventura. Un lujo.
Fui con
Ken y Mio, una pareja de escocés y japonesa, y con un alumno de Ken (es
profesor de inglés y los alumnos hacen estancia quedándose en su casa durante
varias semanas), un adolescente ruso. Ken se pasó la tarde practicando su hobby
favorito, equilibrio de piedras formando círculos… y este fue el resultado.
Luego
visitamos el pueblito y disfrutamos de este precioso atardecer. Un lugar muy
recomendable, famoso por preparar el FISH and CHIPS más fresco de Edimburgo. Y
qué rico estaba!
A nivel narradoril he participado en dos
talleres esta semana. El
viernes pasado, THE ART OF STORYTELLING y hoy TRAVELLER´S JOY. El
primero consistió en un debate entre dos narradoras que llevan más de treinta
años dedicadas a la profesión. El turno de palabra corrió entre los asistentes
y se tocaron los mismos temas que cuando debatimos en España. Profundizaré en
esto en otra entrada. Fue muy edificante porque pude compartir experiencias,
comentar, hacer preguntas… en un ambiente muy personal, cercano y acogedor.
Después de ese taller disfruté de una sesión por parte de ambas narradoras.
El
taller de hoy, sobre la cultura de los Travellers, requería una información
previa que no tenía y me perdí muchas cosas. Pero me quedo con muchos puntos
básicos para empezar a buscar información. Ya les contaré también.
Esta
mañana salimos un ratito con los niños
hasta la librería que está cruzando la calle. Tienen una sección infantil de
fábula, que no he visto en ninguna otra librería, y la librera cuenta sus
libros todos los jueves y viernes por la mañana durante media hora. Aquí les
dejo una imagen. Disfrutamos de lo lindo.
Mañana
me marcho a hacer turismo a Dunfermline con una familia entera que se dedica al
cuento. Será un día de inmersión lingüística total!
Y antes
de despedirme les dejo con unas cuantas imágenes de los jardines de Princes
Street ayer, día de verano total, con todo el mundo al sol como lagartijas. Y
la casita del jardinero. Que no tiene desperdicio y parece sacada de un cuento.
Mil
besos y feliz fin de semana!
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