Buenas,
familia, aquí vuelvo para contarles algunas cosillas. Según veo hace más de
tres semanas que no escribo, pero bueno, aquí estoy de nuevo para celebrar mis dos meses en Edimburgo. En resumen, he
visitado un montón de sitios nuevos, me he puesto enferma y he disfrutado de
muchos CEILIDH!
El
sábado 13 conocí Dunfermline y Culross de la mano de Beverly, una profesora de
secundaria que también es Storyteller y que tiene dos hijos adolescentes que
también cuentan cuentos. Tendrían que ver a un muchacho de 15 años narrando con
una solemnidad y un respeto tremendos. Me encantó conocerles. Hemos coincidido
en varios talleres en el SSC y me invitaron a visitar su ciudad, que fue la
primera capital de Escocia y que se construyó en torno a una abadía del Siglo
XI. Les dejo una foto de las abadías de Culross y de Dunfermline.
La visita estuvo cargada de historias por parte de Beverly, que me contó, entre otras cosas, que en ella nació Andrew Carnegie, un niño pobre que se crio en el pueblo y se prometió que de mayor se haría rico para poder traer la cultura a su tierra. Y así fue, se convirtió en un industrial americano que donó a Dunfermline una biblioteca, un teatro, y lo más espectacular: un parque de más de 24 hectáreas, para que la gente pudiera disfrutar de los jardines públicos que él no pudo.
Dunfermline
está a unos 40 minutos en tren desde la estación Waverley de Edimburgo y cada
viaje cuesta unos 5 pounds.
El fin
de semana pasado fue espectacular porque pude visitar la Isla de Skye, en las
Highlands. Fue un tour organizado por el SSC titulado BARDIC JOURNEY TO SKYE,
que consistía en explorar las vidas de los grandes poetas gaélicos y sus
lugares de origen. Para llegar pasamos unas ocho horas en guagua, parando y
escuchando historias y canciones por el camino. El narrador y poeta George
Macpherson y la harpista Heather Yule fueron los encargados de contar y tocar.
Los paisajes que pude ver fueron espectaculares. Lamentablemente mareo en los viajes y me tomé unas pastillas que compré en la farmacia que resultaron tenerme drogada la mitad del viaje, sin contar con que allí me puse enferma y el dolor de cabeza me impidió entender muy bien el ya de por sí difícil tema de la poesía gaélica y las narraciones de George. Pero aún así lo disfruté bastante y la visita a esas montañas, lagos, ríos y paisajes impresionantes merece siempre la pena.Les dejo algunas fotos para que se hagan una idea, aunque en google pueden encontrar muchas más y mejores. No se pierdan la señal de advertencia de que señores/as mayores pueden estar cruzando.
Un pequeño
paréntesis sobre la situación médica aquí: primero tienes que llamar a un
número para que te digan qué medico te toca por zona. Después tienes que ir unos
días concretos a una hora concreta para registrarte porque no se puede todos
los días. Cuando yo fui mala tuve que esperar para registrarme hasta el día
siguiente (por no haber sido previsora y registrarme desde que llegué). Cuando
me registré pedí cita para mi médico y me la han dado para el 8 de julio.
Total, que a base de paracetamol, ibuprofeno y agua ya estoy bien, pero el ocho
de julio me pasaré para saludarles y tomarme un café con ellos. Eso sí, te
ofrecen una revisión general de análisis de orina y sangre cuando te registras.
Una cita con una enfermera. Así que nada, así está la cosa.
Bueno,
y este fin de semana ha sido una maravilla. El sábado estuve en The Hermitage,
un bosque cerca del pueblo de Dunkeld. Una ruta preciosa entre cascadas, y el
río Tay corriendo entre las piedras y los árboles, una cantidad inmensa de
árboles diferentes. Aquí pueden ver el árbol de los deseos. Miren a dónde
destinan los peniques de los deseos en lugar de a las fuentes.
Y el
domingo, aparte de acompañar a Helen grabando una canción para su disco, asistí
a un CEILIDH en casa de Mara Menzies, una narradora mitad keniata y mitad
escocesa. La verdad es que fue una experiencia fantástica. La casa estaba
repleta de niños, hijos o sobrinos de Mara, sus padres y algunos amigos
narradores. Como de costumbre, cada uno cantó o contó algo y fue una velada
mágica. Canciones africanas, cuentos (Mara es una narradora brutal) de
diferentes partes del mundo… y había allí de todo. Keniatas, jamaicanos,
japonesas, (canarias), escoceses, ingleses… En fin. Una suerte.
Y ha
habido dos cuestiones divertidas reseñables. Una es que en Skye hicimos un
Ceilidh y aprendí a bailar algunas danzas tradicionales de aquí, pero lo mejor
es que me pidieron que compartiera algo y no tenía preparado ningún cuento
nuevo, así que les canté una Isa Canaria (Bueno, fragmentos de tres o cuatro
encadenadas) y el Arrorró canario. Fue tan surrealista encontrarme en esos
nortes de Escocia rodeada de oriundos del lugar cantando isas…
Y el
pasado viernes me pasó lo mismo en el Guid Crack Club de este mes. La reunión
en la que un narrador invitado cuenta y los asistentes que quieran participan.
Les volví a cantar el arrorró, pero esta vez en versión mejorada. Jajaja, hay
que estar preparado para todo. Pero nada, me voy a preparar dos cuentos nuevos
porque en esto de cantar… qué quieren
que les diga… una tiene sus limitaciones.
Con el
trabajo en la escuelita la cosa sigue igual y probablemente siga ahí hasta
finales de julio que se me acaba el “contrato”. Lo pongo entre comillas porque
no he firmado ninguno, aunque parece ser que aquí eso es normal. Después de
eso… la agencia que te envía a diferentes guarderías a trabajar y si sale algo
más estable, mejor. He seguido aplicando pero por ahora no ha habido suerte.
En fin,
queridos y queridas, comentarles también que estos días estoy muriendo de
envidia porque se está celebrando la II escuela de verano de AEDA en Ezcaray,
La Rioja, con un montón de amigos narradores por allí. Una pena, pero bueno, no
se puede tener todo!
Muchos
besos, seguimos!
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