miércoles, 23 de marzo de 2016

Soy autónoma y narradora

Soy autónoma. Comienzo este post diciendo que soy autónoma porque ahora mismo es como si me definiera a modo de profesión. Soy autónoma y después, si eso, soy narradora.
Desde que llegué de Edimburgo no he parado ni un solo momento. Nada más llegar, por suerte, había varios proyectos ya andando a los que sólo me tuve que sumar, como las sesiones de Bebecuentos y algunas sesiones familiares que están esparcidas durante el año. Pero a la vez tocaba sentarse, centrarse, ubicarse, seleccionar líneas de acción, buscar vías y crear.
Ni tiempo he tenido de centrarme, ubicarme y seleccionar nada. Todo ha obligado a la acción directa desde el principio, porque teniendo que hacerme autónoma para poder facturar, no me quedaba otra que accionar pronto.  
El trabajo individual creando sesiones ha ido de la mano de mucho trabajo en equipo para tratar de sacar proyectos (en su mayoría pequeños) de narración adelante. Proyectos de los cuales uno salió, otro salió a medias y otro, tras hacernos trabajar y rehacer, no salió. Hay un cuarto, por cierto, que lleva aprobado meses pero hasta que el Gobierno no se ubique, no se sabe cuándo puede comenzar. Mientras tanto, uno está dedicándole horas al aire.
A la vez y entre otras muchas cosas, andábamos en la organización del Festival Encuentracuentos, con todo el tiempo que implica y sobre todo con la  búsqueda de presupuesto del que, hasta apenas dos o tres semanas antes de empezar (y todavía hoy, ya acabado el Festival) no tuvimos claro, debido a las dificultades con las administraciones públicas.
En tres meses no he parado. Los días se mezclan entre inventar canciones, crear materiales, buscar nuevos libros e historias, preparar formación, aprender cuentos en inglés, preparar y presentar facturas, organizar cosas, comunicarme eternamente vía whatsapp o correo electrónico o Facebook con posibles trabajos y equipos con los que ya estoy trabajando en una u otra cuestión, hacer carteles y sinopsis para poder difundir mis sesiones, y un larguísimo etcétera. Y no me quejo de tener trabajo, estoy loca de contenta, agradecida y fascinada, el problema es tener la cuenta a mínimos cuando no paro de trabajar, y que mis compañeros estén en la misma situación.
Adoro esta profesión y he escogido ser autónoma porque de otra manera se dificulta mucho la cuestión de las contrataciones a través de asociaciones, tanto a nivel de trabajo como de costes: los pagos para que te den de alta en la seguridad social, pagos a la gestoría, etc. hacen que el caché se reduzca en exceso y deje de compensar.
La cuestión es que las administraciones públicas, pagando de tres a seis meses vista (con suerte), no ayudan en absoluto, pero no puedo negarme a trabajar para los Ayuntamientos porque, de otro modo, no trabajaría, o dejaría de acceder a actividades que me interesan, como las sesiones de cuentos en Bibliotecas Públicas, que considero esenciales. Las sesiones pagadas por centros escolares, editoriales o particulares son abonadas casi de inmediato, y con eso vas tirando, pero no son la mayoría, al menos en mi caso, con lo cual uno llega asfixiado a fin de mes.
Luego el dinero entra, claro, a este paso en junio podré viajar a Katmandú, pero la cuota de autónomo y los trimestrales hay que pagarlos igual cada mes, y las inversiones que uno tiene que hacer de compras de material, de formación y demás, son innegociables. ¿De dónde saco el dinero para invertir?
¿Es todo esto algo nuevo? En absoluto, ya todo lo sabemos, al menos los que llevamos años dedicándonos a esto, pero yo llevo poco a tiempo completo y absoluto, como profesión, y es normal que se me haya pasado ya por la cabeza cien veces la idea de unas oposiciones o un cambio de actividad. Como dice uno de mis compañeros narradores, la cosa es buscar financiación para proyectos a largo plazo, pocos pero grandes. Y en ello estamos, pero  mientras tanto...
Yo no tengo ninguna intención de hacerme rica contando cuentos, pero me encantaría poder contar con una estabilidad mínima que me permitiera contar viviendo.


Seguimos para adelante con toda la convicción y las ganas del mundo. A ver si las administraciones sienten en algún momento las mismas ganas pero para acelerar sus quince mil procesos internos desde que cierran los presupuestos, reciben las facturas y ejecutan los pagos. 

1 comentario:

  1. Totalmente de acuerdo. Y siento que esa sea la realidad. Que no se invierta de forma seria en cosas que son realmente importantes.
    Es un absurdo. Tremendamente absurdo. Sólo decirte lo que ya sabes. Eres buena en esto. Muy buena y profesional. Y en algún momento espero que puedas escribir un post en el que las circunstancias hayan cambiado. Mientras tanto...un abrazo, que al menos llena un poco el alma.

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