Después
de Tomi Ungerer, este veranillo de clásicos toca hablar de Arnold Lobel. Los
librillos que he leído o releído de esta magnífica colección ochentera que ha
caído en mis manos han sido los siguientes:
Qué les voy a decir: este autor me tiene enamorada.
Lobel
cuenta historias. Historias sencillas, accesibles, comprensibles, pero cuenta
historias. Simplificadas, que no simples
o simplonas. Pasan cosas y se cuentan con cierta contención poética, filosófica,
con profundidad. Se cuentan bien contadas. Sus
personajes son entrañables, tiernos, ingenuos, sabios como sabia es la
infancia.
Se ha convertido en un clásico con
mucha razón.
Por si
les interesa indagar, les doy algún datillo:
Historias de ratones es muy
sencillo de encontrar ya que ha sido reeditado por Kalandraka en el año 2006.
Sapo y Sepo son amigos se
reeditó en 1998 y Sapo y Sepo,
inseparables, también se reeditó en 2002, ambos de nuevo por Alfaguara
Editorial.
Sopa de ratón,
también reeditado, esta vez por Ekaré en el año 2003, es fácil de buscar por
ahí.
Sin
embargo, Saltamontes va de viaje no
lo he encontrado reeditado en ningún sitio, y sin embargo es uno de los que más
me gusta.
Sus personajes, sus sencillas pero potentes ilustraciones y su esencia
me han dejado cierto poso de placidez y orden en el cuerpo, de reconciliación,
de alegría.
Ojalá
los encuentren, los disfruten y los compartan. No puedo menos que imaginar siempre a Lobel siendo contado como cuenta el papá ratón a sus siete ratoncitos una historia a cada uno antes de irse a dormir.
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