jueves, 29 de marzo de 2012

Lo más 2011


Hoy dejo como entrada la última selección de lecturas que realizó la Fundación Germán Sánchez Ruipérez.

Encontraremos una selección de 12 libros por cada franja de edad: De 0 a 5 años, de 6 a 8, 9 a 11, 12 a 14, 15 a 18 y algunos ejemplos de libros que, según ellos, son perfectos para regalar.

Si pinchas AQUÍ, accedes a la página web. Si pinchas AQUÍ, al archivo con formato en PDF.

¡¡Seguiremos informando!!

domingo, 25 de marzo de 2012

Los niños tontos. Ana María Matute

Ana María Matute, nacida en 1926, vivió en plena infancia el estallido de la Guerra Civil, lo que marcó para siempre su obra. Muchos de sus libros hablan de la infancia robada, de la niñez arrancada de entre las manos por una situación política y social que no permitía mimos ni cariño, sino la dureza de una realidad hostil y agresiva, sangrienta y siempre triste, como lo es todo lo que rodea a las guerras.

LOS NIÑOS TONTOS es una pequeña muestra. Es un libro que cuenta con 21 historias breves cuyos protagonistas son niños tontos repletos de inocencia. Tal vez sean tontos precisamente porque creen que pueden ser inocentes en este mundo, antes de ser apisonados por la edad adulta, la educación o el peso de la cultura.

Son niños que viven su inocencia de una forma cruel y repleta de desesperanza, enfrentada al mundo de los adultos en muchas ocasiones. Los sueños de esos niños están repletos de fantasía, disparate, poesía, magia –me atrevería a decir que, en algunos, incluso alegría- pero se estampan contra una realidad que hace que se desvanezcan como la espuma en el agua, y siempre acaban mal. La desgracia les vigila desde detrás de los árboles, el fondo del mar o de la tina del agua, o desde las piedras con que apedrean a uno de los niños. De un modo despiadado, la realidad se ensaña con ellos y solo reciben del mundo soledad, incomprensión, hostilidad, y en absoluto esperanza o alegría. Sin embargo, están narrados desde la objetividad poética, desde la neutralidad de los sentimientos, sin grandes espasmos dramáticos: con calma.

En cuanto a la forma, narrados en prosa, son pura poesía. El dramatismo entra por los poros casi como una caricia, pero taladrando como agujas, de manera que desde que se comienza a leer se siente de un modo hondo la violencia del relato.


Dejo aquí uno como muestra, y recomiendo fervientemente la edición de la editorial MEDIA VACA, 2000, con ilustraciones de Javier Olivares. Los dibujos, en tres colores: blanco, negro y azul, nos muestran, repletos de luces y sombras, a esos niños que nunca se hicieron adultos.

Una verdadera obra maestra.

MAR

Pobre niño. Tenía las orejas muy grandes, y, cuando se ponía de espaldas a la ventana, se volvían encarnadas. Pobre niño, estaba doblado, amarillo. Vino el hombre que curaba, detrás de sus gafas. “El mar -dijo-; el mar, el mar”.

Todo el mundo empezó a hacer maletas y a hablar del mar. Tenían una prisa muy grande.

El niño se figuró que el mar era como estar dentro de una caracola grandísima, llena de rumores, cánticos, voces que gritaban muy lejos, con un largo eco. Creía que el mar era alto y verde.

Pero cuando llegó al mar se quedó parado. Su piel, ¡qué extraña era allí!. “Madre -dijo, porque sentía vergüenza- quiero ver hasta dónde me llega el mar.

Él, que creyó el mar alto y verde, lo veía blanco, como el borde de la cerveza, cosquilleándole, frío, la punta de los pies.

“¡Voy a ver hasta dónde me llega el mar!”. Y anduvo, anduvo, anduvo. El mar, ¡qué cosa rara!, crecía, se volvía azul, violeta.

Le llegó a las rodillas. Luego, a la cintura, al pecho, a los labios, a los ojos. Entonces, le entró en las orejas el eco largo, las voces que llaman lejos. Y en los ojos, todo el color. ¡Ah, si, por fin, el mar era de verdad! Era una grande, inmensa caracola.

El mar, verdaderamente, era alto y verde.

Pero los de la orilla, no entendían nada de nada. Encima, se ponían a llorar a gritos, y decían: “¡Qué desgracia! ¡Señor, qué gran desgracia!”

viernes, 23 de marzo de 2012

La invención de Hugo Cabret: ¿Libro o película?

Después de un tiempo queriendo acercarme al libro de Brian Selznick, he terminado cayendo en el mullido asiento de una sala de cine antes que dando con él. Sin embargo, por fin ha llegado a mis manos y he podido leerlo. Contra todo pronóstico, me ha encantado hacerlo después de ver la película.

El libro, de 532 páginas, ya avisa en la contraportada: “LA INVENCIÓN DE HUGO CABRET. Una novela narrada con palabras e ilustraciones de Brian Selznick.” Su diseño es diferente a los libros usuales, ya que el borde de todas las páginas es negro, y a primera vista el lector no diferencia cuáles son texto y cuáles no. Comienza con 46 páginas de ilustraciones que van narrando la historia. El texto, escrito sobre fondo blanco, no se ilustra. De esta manera, los dibujos cuentan con la misma carga narrativa que el texto y se van alternando (partes de la historia las cuentan las imágenes y partes el texto). Es una fórmula narrativa realmente nueva para mí, ya que es la primera vez que la encuentro en un libro.


La historia atrapa: Dividida en dos partes bien diferenciadas, uno no se da cuenta hasta más de la mitad del libro de que el autor está llevando a cabo un verdadero homenaje al cineasta francés George Meliés. Su famosa película “Viaje a la luna”, de 1902, impregna la narración desde el principio.

Todo sucede en los años treinta en la estación de trenes de París. En la película, dirigida por Martin Scorsese, la presentación de la historia es totalmente fiel a las primeras imágenes que aparecen en el libro. Magistralmente llevadas a escena en 3D, nos envuelven en una atmósfera mágica que llena los poros de poleas, tuercas y engranajes de relojero hasta que nuestro mecanismo encaja perfectamente con el de la trama. La fotografía, impecable y repleta de buen gusto, respeta a todas luces las ilustraciones de Selznick y el ritmo de la historia. Esta adaptación consigue que el homenaje a las primeras películas y al cineasta se lleve a cabo de un modo que en el libro no se llega a palpar, ya que, partiendo del mismo medio y contando con imágenes originales del cinematógrafo y otras maravillosamente recreadas para la película, se obtiene un resultado arrollador.



En cuanto al contenido, la adaptación cinematográfica no es tan fiel a la historia original como en un principio parecía. Se han creado una gran cantidad de personajes secundarios y relaciones entre ellos que no aparecen en el libro, y Etiènne, un personaje muy importante, ha sido obviado. Sin embargo, estos cambios me han parecido lógicos. Lo único que he lamentado es que hayan simplificado tanto la relación entre Hugo y la niña, Isabelle. Su personaje ha sido muy mal llevado a escena. Cuando en el libro es una niña excéntrica, interesante, ávida lectora, madura, contestona, tramposilla e incluso ladronzuela, en la película aparece como una chiquilla normal a la que le gusta leer y que desde el primer momento se lleva de maravilla con Hugo. La controvertida relación que mantienen en la historia original enriquece muchísimo el desarrollo de las acciones entre ambos, (que en la película son muchas más que en el libro) y es una lástima que se haya alterado.

En cuanto a la elección entre LIBRO o PELÍCULA, la respuesta es clara: AMBOS.



jueves, 15 de marzo de 2012

En un banco del parque


Me senté en un banco del parque, el único que quedaba libre a la sombra. Bueno, no estaba libre del todo: en el otro extremo se encontraba un niño de unos diez años sentado con las piernas cruzadas sobre el banco, el pelo largo enmarañado cubriéndole la cara y todo el cuerpo volcado sobre el libro que estaba leyendo, que identifiqué rápidamente como La historia Interminable por el texto en color verde. Agradecí internamente que no estuviera leyendo a Gerónimo Stilton y saqué del bolso el libro que me tiene en vilo aún: El misterio del cuarto amarillo.

Le miré largamente con gran interés pero con prudencia. No suelo encontrar castillos construidos en mitad del parque ni caballos, lobos, princesas o tortugas gigantes, así que respeté su refugio y erigí el mío propio, cruzando las piernas sobre el banco y abriendo mi libro.

Cualquiera que nos hubiera visto desde fuera podría haber pensado que se trataba de una campaña de promoción lectora, como aquella en la que se decía que si los padres leen los niños también lo harán. Podría ser su madre, pensé. Me pregunté dónde estaría la suya, si andaría por el parque, si leería.

Al poco rato noté que me miraba y levanté la vista. Le hizo gracia que estuviéramos los dos en la misma posición.

- Te estoy imitando- le dije.

- Pero no estás leyendo lo mismo que yo

- No

- ¿Qué libro es?

- El misterio del cuarto amarillo

- ¿Es de asesinatos?

- Sí, hay un asesinato en un cuarto pintado de amarillo. Tratan de matar a una chica que se había encerrado allí por dentro. Ella grita pidiendo socorro y cuando tiran la puerta abajo para salvarla, la encuentran herida, pero el asesino no está por ninguna parte, y no ha podido salir por la ventana porque está plagada de barrotes, ni por la puerta, porque estaba vigilada por los familiares que intentaban entrar para socorrerla.

- Seguro que está debajo de la cama

- Sí, puede ser, como todavía no llevo mucho leído no sé qué pasará. Cuando lo sepa, te lo cuento.

- No importa, puedo leérmelo –miró hacia mi libro con curiosidad, torciendo el gesto y arrugando un poco la nariz- Pero primero tengo que terminar el mío.

Cerró el libro para que pudiera ver el título que ya conocía. Asentí.

- Me encanta esa historia. ¿Te parece interminable?

- Es un poco largo el libro, pero ojalá sea interminable, porque cuando un libro me gusta no quiero que se acabe.

- Disfrútalo mucho

-

Y volvió a bajar la vista al libro. Noté cómo temblaba el suelo y se levantaba de nuevo a su alrededor el maravilloso mundo de Fantasía, y no pude menos que sonreír divertida. Eso sí, continué estudiando el caso. De hecho, aún estoy en ello. Maldita sea, ese estúpido del tío Jacques seguro que es cómplice. Los mayordomos. Siempre los mayordomos.

miércoles, 14 de marzo de 2012

La SABAN de los belgas, la SGAE de los españoles.

Esta mañana un amigo me ha “despertado” con la noticia que les enlazo AQUÍ, acerca de SABAN, la asociación de autores, compositores y editores belga. Comentan que deberían empezar a pagar en efectivo por la audacia de leerles en voz alta historias que están en los libros con derechos de autor. El representante de la biblioteca calcula que eso podría costar unos 250 euros por año para pagarle a SABAM por el derecho a leerle libros a los niños

No es la primera vez que nos moja esta lluvia. Hace unos años ya la SGAE hacía alusiones a su derecho de cobrar dinero por el uso de las bibliotecas públicas o de que los narradores o voluntarios de lectura cobraran por leer en voz alta historias provenientes de libros con derechos de autor (20 céntimos por préstamo, creo recordar). Esto, en un país donde deberíamos pagar por hacerlo, ya que, con lo que se lee, qué menos que agradecer a los que desean compartir la palabra, su generosidad y disposición.

La biblioteca ya ha pagado por el libro. No entiendo: ¿es que si no se cobra el préstamo se la debe multar por cumplir con su misión, que es la del préstamo de libros y difusión de la cultura? No sé exactamente qué finalidades tienen estos amagos absurdos que, por suerte, no trascienden. Espero que los belgas se encarguen de que así sea.

jueves, 8 de marzo de 2012

¿De dónde sale esta niña?

Normalmente cuando un libro infantil cae entre mis manos, lo primero que me planteo es si me gusta o no me gusta (texto e ilustración), si me parece de calidad o no. Después, si acaso, me paro a pensar en su posible finalidad (aparte del disfrute de leerlo) o qué “valores” pueden trabajarse con él. Sin embargo, este mes de explosión femenina y hoy, de celebración del Día Internacional de la Mujer, con más razón comento esta última lectura: ¿De dónde sale esta niña? (Edelvives, Colección AlaDelta Roja, 2011)

Escrito por Thierry Lenain e ilustrado por Delphine Durand, este librito es un pequeño y divertido ejemplar totalmente recomendable para los primeros lectores. Yo me imaginé leyéndolo o contándolo a los de cinco o seis años, aunque puede disfrutarse a cualquier edad.

Probablemente, a la hora de enmarcarlo en una unidad didáctica o en una temática concreta, iría directo a “Igualdad de género”, ya que el mensaje de la historia viene a decirnos que las niñas son diferentes, pero no más débiles.

Así comienza:

“Para Sami, antes, todo era muy sencillo. Primero: había gente con sirí. Segundo: había gente sin sirí. Tercero: los que tenían sirí eran más fuertes que los que no tenían sirí. ¡Por la sencilla razón de que tenían sirí!

Y Sami estaba muy contento por pertenecer al grupo de los que tenían sirí. Y que se aguantaran las niñas... Él no tenía la culpa de que a las chicas les faltase algo. ¡Allá ellas!”

Pero todo eso era antes, porque un buen día llega una alumna nueva a clase, una niña, esa especie que sólo juega con muñecas y dibujan florecitas de colores entre nubes de algodón. Pero Luna dibuja mamuts, juega al fútbol y tiene una bicicleta de chico. Y Sami se pregunta: ¿De dónde sale esta niña?”

El libro, de clara inclinación didáctica (algo que se nota sobre todo en las últimas páginas) está bien escrito, con sentido del humor y sencillez y con unas ilustraciones muy divertidas.

martes, 6 de marzo de 2012

Sexismo lingüístico y visibilidad de la mujer

Hoy les dejo un enlace interesantísimo a EL PAÍS (CULTURA), donde Ignacio Bosque, catedrático de la Complutense, lingüista y miembro de la RAE, lleva a cabo un estudio titulado “Sexismo lingüístico y visibilidad de la mujer”.

Analiza en él nueve guías de lenguaje no sexista que han sido publicadas estos últimos años por diferentes instituciones sin contar con la colaboración u opinión de los lingüistas.

Comulgo con sus ideas desde hace muchísimos años, y me ha enervado siempre ver cómo los defensores (las defensoras) de la mujer tendían siempre a confundir el uso del lenguaje de género y el género lingüístico.

Bosque señala ideas como esta: “(...)son sexistas, y por tanto discriminatorias, frases como Los ingleses prefieren el té al café, como prefieren las mujeres rubias a las morenas, pero no lo es, en cambio, formar construcciones genéricas con artículos determinados o cuantificadores en masculino, como en Todos los que vivimos en una ciudad grande.”

De un modo excelente critica las nueve guías en 11 puntos muy esclarecedores, tratando de ser lo más objetivo posible, poniendo ejemplos claros y realistas (por ejemplo, en la labor docente del profesor de lengua) y valorando positivamente lo que, en el fondo, estas guías proponen:

“Intuyo que somos muchos —y muchas— los que pensamos que la verdadera lucha por la igualdad consiste en tratar de que esta se extienda por completo en las prácticas sociales y en la mentalidad de los ciudadanos. No creemos que tenga sentido forzar las estructuras lingüísticas para que constituyan un espejo de la realidad, impulsar políticas normativas que separen el lenguaje oficial del real, ahondar en las etimologías para descartar el uso actual de expresiones ya fosilizadas o pensar que las convenciones gramaticales nos impiden expresar en libertad nuestros pensamientos o interpretar los de los demás.

En fin, un artículo recomendable.

lunes, 5 de marzo de 2012

El mundo de Fantasía de Fabio

Fabio González, o más bien Fabio Ilustrautor (aquí su web), es un narrador-ilustrador-escritor tinerfeño con una percepción de la vida que últimamente no está de moda: estamos aquí para disfrutar, ser felices y compartirnos; para pintar de colores los días y jugar las 25 horas de cada uno de ellos. Esto lo sabes en cuanto le escuchas hablar de sus proyectos, sus trabajos o sus ideas.

Su pluriarte se plasma en esto que les vengo a contar: una exposición que se inaugura estos días en la LIBRERÍA BAOBAB (de la que ya he hablado antes) titulada “FANTASÍA”. Podría describir la exposición, pero les remito al blog de Fabio y les añado aquí la información al respecto que él comparte.

Desde hace pocos días, las paredes de la librería Baobab, en La Laguna, se cubren de acuarelas, que se abren como ventanales de colores a esa tierra mágica del “Todo es posible” y que estarán expuestas, y dispuestas a ser disfrutadas, durante todo este mes de marzo.

El mundo de Fantasía se compone, como un puzzle, de los trocitos de imaginación que cada uno de nosotros aportamos. A través de estas láminas he querido mostrar algún atisbo de las instantáneas de ese mundo, que se han reflejado en mis retinas. Cada ilustración se acompaña de un texto que la completa en su significado.

A lo largo de este mes haré en Baobab varias visitas guiadas, que iré publicando en la agenda de este blog. Un recorrido lleno de sorpresas que comienza con el siguiente texto:

FANTASÍA

Hay quien considera Fantasía como un simple sueño. Una colección de imposibles e irrealidades reservadas a la imaginación de un niño; en definitiva: una pérdida de tiempo, una vana escapatoria de la realidad. Quizás esas personas hayan olvidado que cada invento, cada obra de arte, cada idea que nace en nuestra mente tiene su origen en este brumoso mundo de los sueños; y aunque no lo podamos tocar o ver con nuestros ojos, no deja de ser, a su manera, real.

Las tribus de la Tierra sabían de la importancia de los sueños como fuente de sabiduría; y éstos quedaban recogidos y preservados en los mitos y en los cuentos.

Aquellas personas que aún sueñan, conservan la llave de acceso a Fantasía: una tierra sin fronteras, ni banderas; un lugar donde todos somos acogidos por igual.

Fantasía se encuentra en tus sueños, en el aleteo de una mariposa, al final de un sendero o en el repicar de la lluvia en la ventana de un aula. A ella puedes llegar simplemente deseándolo, entornando los ojos,… o, si lo prefieres, siguiendo a un conejito blanco.

Esta guía por Fantasía —una breve pincelada, pues Fantasía es inabarcable— está pensada, más que para turistas, para viajeros. Fantasía no es un lugar que se visite con prisas, siguiendo una ruta predeterminada; tomando fotos sin ni siquiera pararte a ver con tus propios ojos el paisaje que tienes delante. Fantasía es un lugar para descubrir con calma, saboreando cada instante, creando tú mismo los lugares que deseas conocer.

El único consejo, la única indicación realmente útil que se le puede dar a quien visita Fantasía es seguir siempre las indicaciones de su brújula interior: el corazón.


Ya saben. A buscar un ratito para soñar y a viajar a Fantasía, al estilo de Bastian, en La Historia Interminable.
Por cierto, este sábado día 10 de Marzo, desatará su fase de narrador haciendo de Guía de viaje por su propia exposición. A las 11:30 estará en la librería para guiarnos lámina a lámina desvelando sus secretos.
¿Vamos?

domingo, 4 de marzo de 2012

Días de Reyes Magos

Hace unos días terminé de leer “Días de Reyes Magos”, de Emilio Pascual. No hace mucho reseñé brevemente “El fantasma que anidó bajo el alero” (aquí), también suyo y, francamente: no puedo decir cuál me ha gustado más. Sólo que pasan definitivamente a mi lista de “IRREEMPLAZABLES, NECESARIOS, ABSOLUTAMENTE RECOMENDABLES”.

El fantasma que anidó bajo el alero era una verdadera oda a la narración oral. Días de Reyes Magos lo es a la literatura escrita. La guerra de los botones (que estoy en disposición de leer), El Principito, El viejo y el mar, Hamlet, El misterio del cuarto amarillo, La Isla del Tesoro... son algunos de los muchos libros que cita.

Ulises, un adolescente que apenas lee ni siente interés por nada (un personaje que, para ser el protagonista, es bastante insulso), imbuido en sus problemas familiares, a los que no encuentra solución, comienza a encontrar libros dirigidos a él en su buzón, como si se tratara de los mismísimos Reyes Magos que le entregan regalos a destiempo. Huye de clase y escapa al metro, donde comienza a acompañar a un ciego, como un lazarillo (primer libro que el muchacho devora), al que cada día lee textos en voz alta. El ciego es uno de los grandes personajes que Emilio crea en esta historia. Acompañado de Cali, amiga de Ulises, son los que realmente dotan de vida a la narración y la llenan de humor inteligente, belleza y frescura.

La trama del libro es cómoda. Se hace ágil (más que la de “El fantasma anidó bajo el alero”) y envuelve rápidamente, sin necesidad de atajos. De un tirón entras en la historia, pero cuesta mucho más salir de ella. Uno encaja dentro, sencillamente.

La edición, bellísima. También en este caso ilustra el libro Javier Serrano, de un modo igual de oscuro y misterioso que el de “El fantasma...”. No me parecen las ilustraciones más adecuadas, más por el estilo que por el contenido. Son sugerentes siempre, pero me dan sensación de caos, en ocasiones las siento inconexas, imprecisas, opacas.

Es de esos libros que cuando termina, da rabia. Uno necesita seguir dentro: abrigado, en calma.

En fin, un libro para leer, señores.

“Días de Reyes Magos”, Emilio Pascual. Editorial ANAYA, 1999.

Premio Lazarillo 1998. Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil, 2000.